Una vez autorizados y comercializados, todos los medicamentos, incluidas las vacunas, son objeto de una estrecha vigilancia en la UE.
Estadísticamente hablando, los efectos adversos son raros o incluso muy raros. La seguridad y la eficacia de las vacunas contra la COVID-19 autorizadas serán objeto de una vigilancia estricta, como en el caso de todos los medicamentos, a través del sistema de farmacovigilancia establecido en la UE.