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Lucha contra la desinformación

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Vacunas: distingamos entre realidad y ficción

¿Algunas de las historias que circulan te parecen poco fiables? Estos son los hechos:

Syiringe

Ante la urgencia de la crisis actual, la UE está tomando las medidas necesarias para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 sean conformes con las elevadas normas de la UE en materia de seguridad y eficacia y sean accesibles cuanto antes para todas las personas que las necesiten.

Las vacunas son uno de los mayores éxitos logrados en materia de salud pública. Cada año salvan al menos entre dos y tres millones de vidas en todo el mundo y evitan a muchas más personas enfermedades incapacitantes y crónicas. La UE quiere garantizar que únicamente se pongan a disposición de los ciudadanos las vacunas contra la COVID-19 que alcancen los elevados niveles de seguridad y eficacia de la UE. La Comisión ha celebrado varios acuerdos de adquisición anticipada con desarrolladores de vacunas y ha garantizado la disponibilidad de dosis suficientes para vacunar a todos los ciudadanos de la UE. Todas las vacunas autorizadas por la Comisión Europea tras la evaluación de la Agencia Europea de Medicamentos aparecerán en la página web Vacunas seguras contra la COVID-19 para los europeos, en la que también se puede ver qué vacunas están siendo evaluadas actualmente por la EMA o están en fase de desarrollo.

Las vacunas ayudan a protegernos de enfermedades graves. A lo largo de la pandemia de coronavirus, algunas personas han difundido informaciones sin ninguna base científica sobre las vacunas. Se trata de afirmaciones infundadas que se aprovechan de la emoción y el miedo de las personas y pueden ocasionar daños graves a la salud pública. La información engañosa, las teorías no demostradas científicamente y las afirmaciones infundadas sobre vacunas que modifican el ADN o causan intoxicaciones provocan reticencia a la vacunación y disuaden a las personas de vacunarse.

Una movilización científica sin precedentes ha dado resultados prometedores. El coronavirus es excepcionalmente peligroso y afecta a nuestro modo de vida. Por eso la comunidad mundial de investigación médica se ha centrado en el desarrollo de vacunas seguras y eficaces y ha sido capaz de proporcionarlas en un tiempo récord. A pesar de esta urgencia, las vacunas en desarrollo tienen que someterse a una evaluación rigurosa por parte de la Agencia Europea de Medicamentos para garantizar que sean eficaces, seguras y de gran calidad antes de ofrecerlas al público. Gracias a una enorme movilización de recursos y conocimientos especializados en todas las etapas, se han acelerado los procesos de desarrollo, evaluación y autorización.

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    El certificado COVID digital de la UE está permitiendo a todos los europeos viajar de forma segura dentro y fuera de la UE, por motivos de trabajo o de vacaciones.

    La Comisión Europea ha presentado una propuesta legislativa para un certificado COVID digital de la UE que demuestra que una persona ha sido vacunada contra la COVID-19, ha dado negativo en una prueba diagnóstica o se ha recuperado de la enfermedad. El objetivo del certificado es facilitar la circulación segura y libre de los ciudadanos en todos los Estados miembros de la UE. En él solo se incluye una cantidad mínima de información para confirmar que su titular se ha vacunado, ha dado negativo en una prueba diagnóstica o se ha recuperado de la enfermedad. El certificado es gratuito y se entrega como código QR, ya sea digitalmente o en papel.

    El código QR contiene una firma digital para proteger el certificado contra la falsificación. En el momento del control del certificado, se escanea el código QR y se verifica la firma. La Comisión Europea ha creado una pasarela para garantizar que las firmas de los certificados puedan verificarse en toda la UE. Los datos personales del titular del certificado no pasan por la pasarela.

    Existen muchas ideas erróneas en relación con el certificado COVID digital de la UE, que van desde teorías conspiratorias hasta desinformación sobre preocupaciones y dudas que, por lo demás, son legítimas. Una de esas afirmaciones es que el certificado se utilizará para restringir los desplazamientos de personas que no estén vacunadas, pero esto es falso. Uno de los principios fundamentales del certificado COVID digital de la UE es la no discriminación: los Estados miembros que exigen una prueba de vacunación están obligados a aceptar, en las mismas condiciones, una prueba negativa o un certificado de recuperación de la COVID-19. El certificado no añade más restricciones a los viajes ni los prohíbe; más bien, lo que hace es facilitar los viajes dentro de la UE.

    Y lo que es más importante, el certificado COVID digital de la UE es una medida temporal. La Comisión suspenderá esta medida tan pronto como la Organización Mundial de la Salud haya declarado que ha finalizado la pandemia de COVID-19.

    Syiringe

    Los efectos secundarios de la vacuna, en su caso, tienden a ser muy leves y temporales.

    Los efectos secundarios no son un fenómeno exclusivo de las vacunas. También se sabe que los alimentos y otros medicamentos tienen efectos secundarios, algunos más graves que otros, pero la mayoría de las veces no experimentamos ninguno de ellos. En los raros casos en los que se producen efectos secundarios, estos son casi siempre leves y de breve duración. Esto también es aplicable a las vacunas contra la COVID-19. Entre los efectos secundarios más frecuentes de cualquier vacunación se incluyen el dolor o la hinchazón leve y temporal en el lugar de la inyección, el cansancio, los escalofríos, las náuseas, los vómitos y la fiebre. Menos de una de cada diez personas pueden experimentar una erupción cutánea, urticaria o enrojecimiento en el lugar de la inyección. El picor en el lugar de inyección se produce incluso con menor frecuencia: en una de cada cien personas. Hay una lista completa de los posibles efectos secundarios de las vacunas desarrolladas por BioNTech-Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, y también se puede consultar al médico de cabecera para más información.

    Si bien todos los casos sospechosos de efectos secundarios graves en respuesta a una vacuna contra la COVID-19 deben tomarse en serio, también hay que tener cuidado y no sacar conclusiones precipitadas. Aunque se experimente un síntoma poco después de la vacunación, esto no significa automáticamente que obedezca a la propia vacunación; las causas subyacentes podrían no estar relacionadas y el hecho de que el síntoma se produzca en ese momento podría ser una desafortunada coincidencia. La única manera de saber con seguridad si la vacunación ha provocado un efecto secundario es esperar a que los profesionales sanitarios hayan examinado cuidadosamente a todos los receptores de la vacuna y hayan separado los casos reales de efectos secundarios de los casos no relacionados.

    Si consideras que estás experimentando efectos secundarios adversos tras recibir una vacuna contra la COVID-19, informa al médico.

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    Los pacientes que participan en ensayos clínicos de vacunas contra la COVID-19 representan a la población que utilizará las vacunas si se autorizan.

    Las estrictas normas de la UE en materia de seguridad y eficacia exigen que cualquier nueva vacuna, como las vacunas contra la COVID-19, se sometan a ensayos clínicos rigurosos. A continuación, el fabricante presentará los datos de dichos ensayos clínicos a la Agencia Europea de Medicamentos, que los revisará y decidirá si recomienda el uso de la vacuna a la Comisión Europea. Uno de los factores que examina la Agencia Europea de Medicamentos es el grupo de pacientes sometidos a pruebas durante los ensayos clínicos. Para que los ensayos clínicos verifiquen si una vacuna contra la COVID-19 es segura y eficaz, los participantes en los ensayos deben representar a la población que se vacunará si se aprueba la vacuna. De ahí que haya participado en los ensayos clínicos un grupo muy diverso de personas (diferentes etnias, edades y género). Los participantes en los ensayos clínicos también representaban a grupos de alto riesgo, y los resultados mostraron que se mantenían altos niveles de seguridad y eficacia en todos los grupos.

    También se ha dirigido una gran cantidad de desinformación a los presuntos efectos secundarios de la vacuna en mujeres embarazadas. Es cierto que los datos sobre el uso de vacunas contra la COVID-19 durante el embarazo son escasos, ya que las mujeres embarazadas no suelen participar en estudios porque el embarazo afecta a sus sistemas inmunitarios. Sin embargo, los estudios realizados con animales revelaron que no hubo efectos perjudiciales durante el embarazo y los expertos no prevén ningún efecto secundario adverso. Aun así, la decisión de vacunar a una mujer embarazada debe tomarse en estrecha consulta con un profesional sanitario después de considerar los beneficios y los riesgos. Los fabricantes de vacunas seguirán supervisando de cerca a los receptores de vacunas para garantizar su eficacia y seguridad a largo plazo.

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    Una vez pasada la infección, la inmunidad natural contra la COVID-19 es temporal, por eso quien ha sufrido previamente la infección debería, no obstante, vacunarse tras consultar a su médico.

    Las pruebas científicas disponibles sobre la inmunidad natural frente a la COVID-19 después de una infección confirmada demuestran que su duración no es muy larga: según la mayoría de las estimaciones, quien se ha infectado y se ha recuperado de la COVID-19 tiene una inmunidad natural de aproximadamente seis a ocho meses. Sé prudente al leer afirmaciones no verificadas sobre la inmunidad natural a la COVID-19 después de la infección y sigue tomando medidas para protegerte contra una posible reinfección: mantente a distancia de otras personas, usa una mascarilla y lávate las manos a menudo. Si te has recuperado hace poco de la COVID-19, consulta a tu médico o al personal sanitario local sobre cuándo deberías vacunarte.

    Shield

    Las vacunaciones se están produciendo tan rápidamente como lo permite la capacidad de producción mundial.

    Los índices de vacunación en los países de la UE dependen de muchos factores, uno de los cuales es la producción de vacunas y su distribución por los fabricantes a los países de la UE. La Comisión Europea, consciente de ello, ofreció a los desarrolladores de vacunas ayuda financiera en las primeras fases de la pandemia para ayudarlos a aumentar su capacidad de producción a cambio de su compromiso de suministrar miles de millones de dosis de vacunas. La Comisión ha autorizado contratos con varios fabricantes de vacunas diferentes y ha pedido 2 300 millones de dosis de futuras vacunas para aumentar al máximo las posibilidades de obtener la mejor vacuna o las mejores vacunas. La UE compró dosis de vacunas tan pronto como las ofrecieron los fabricantes de vacunas.

    Las primeras dosis de vacunas se entregaron a los países de la UE antes de las Jornadas Europeas de la Vacunación, del 27 al 29 de diciembre de 2020, pero la distribución de las vacunas a partir de ese momento pasó a depender de las organizaciones nacionales y regionales y de su nivel de preparación. 

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    Las políticas sanitarias son competencia de los Estados miembros. La Comisión coordina las cuestiones transfronterizas y presta su apoyo.

    La Comisión Europea apoya a los países europeos y les ayuda a coordinar esfuerzos en tiempos de crisis. Al aumentar la coordinación entre los países europeos, reforzar nuestras agencias médicas y científicas y poner en marcha iniciativas como la Estrategia Farmacéutica para Europa, la Comisión se prepara para futuras crisis sanitarias transfronterizas. El ámbito de la salud será siempre competencia principal de los Estados miembros, que son responsables de sus propias políticas.

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    Las vacunas contra la COVID-19 se someten a varias rondas de pruebas rigurosas y revisiones interpares antes de su aprobación.

    El proceso de aprobación de la vacuna es a la vez meticuloso y transparente. Las vacunas contra la COVID-19, al igual que cualquier otra vacuna, deben pasar por tres etapas de ensayos clínicos y cumplir unas normas estrictas antes de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) emita una recomendación científica positiva y la Comisión Europea las autorice para su uso público. Las empresas farmacéuticas llevan a cabo estos ensayos clínicos según las normas establecidas por la EMA para verificar los efectos de los medicamentos probados y proteger el bienestar de los participantes en los ensayos. Además, todos los ensayos clínicos se registran en la base de datos EUClinical Trials (EudraCT), donde la información sobre esos ensayos está disponible para el público. El proceso es transparente ya que cualquier persona puede acceder a los datos.

    El proceso de desarrollo de vacunas se ha hecho mucho más eficiente (sin menoscabo de la eficacia ni de las exigencias sanitarias) al efectuar ensayos clínicos en paralelo, con un número de voluntarios superior a lo habitual, y al asignar más recursos a los investigadores. El proceso también ha sido más eficaz porque ha permitido a los desarrolladores de vacunas presentar los resultados de sus ensayos a la EMA de manera continua a lo largo de toda la fase de investigación y desarrollo. Normalmente, los datos de los ensayos clínicos solo se presentan para su revisión una vez finalizada la fase de investigación y desarrollo. Por lo tanto, la EMA necesita menos tiempo para emitir su dictamen sobre la vacuna después de la presentación de la solicitud de autorización de comercialización, ya que la mayor parte de la evaluación ya se ha efectuado. La calidad no se sacrifica en aras de la rapidez.

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    Las vacunas contra la COVID-19, como cualquier otro tipo de vacuna, enseñan al sistema inmunitario a protegerse del virus.

    Las vacunas funcionan introduciendo una porción pequeña, inactivada, del virus nocivo, de modo que nuestro organismo pueda generar inmunidad a este sin provocar una infección. Nos protegen así de posibles infecciones futuras del virus real.

    Las células de nuestro organismo leen el código genético —nuestro ADN— y crean instrucciones genéticas temporales, en forma de ARN, que indican al organismo cómo producir las proteínas que necesitan para crecer y reparar las células. Una vez fabricadas las proteínas, el ARN se degrada. Las vacunas fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna identificaron la proteína específica (spike) que permite al coronavirus infectar células sanas en seres humanos. Esas vacunas confieren a las células un ARN modificado (ARNm) que les ordena que produzcan la proteína spike, sin la parte restante del virus. A continuación, nuestro organismo genera una respuesta inmunitaria a la proteína spike, que puede llevar mucho tiempo cuando el organismo se expone a ella por primera vez. Gracias a este proceso, nuestro organismo aprende a identificar esa proteína tras la vacunación y, en caso de infección real más adelante, puede recordar y producir los anticuerpos necesarios para eliminarla mucho más rápidamente.

    No existen pruebas de que este proceso puede dañar nuestras propias células.

    Syiringe

    Las empresas farmacéuticas son responsables de los efectos secundarios de las vacunas adquiridas en el marco de la estrategia de vacunación de la UE.

    La responsabilidad del producto corresponde siempre a la empresa titular de la autorización de comercialización. Las empresas son responsables de la seguridad de sus productos y tienen obligaciones específicas, como la obligación de poner en marcha un plan completo de seguimiento de riesgos, de informar de cualquier efecto adverso del producto y de adoptar las medidas de seguimiento necesarias. Es cierto que la UE ha adaptado algunas de las normas relativas a las vacunas para ofrecer una vacuna segura y eficaz en un plazo más corto, pero las normas de seguridad son tan estrictas como siempre y la Directiva sobre responsabilidad por los daños causados por productos defectuosos sigue siendo aplicable. En otras palabras, las afirmaciones según las cuales los contratos negociados por la Comisión no responsabilizan a los fabricantes de vacunas de posibles efectos secundarios son sencillamente falsas.

    La seguridad y la eficacia de las vacunas contra la COVID-19 autorizadas serán objeto de una vigilancia rigurosa a través del sistema de farmacovigilancia establecido en la UE. La eficacia a largo plazo de una nueva vacuna no puede confirmarse hasta después de transcurrido el tiempo suficiente. A menudo, debido a que una patología inesperada coincide con la administración de una vacuna, la gente tiende a pensar que la vacuna ha provocado esa enfermedad. Las vacunas contra la COVID-19 aprobadas recientemente serán objeto de un seguimiento continuo para comprender mejor si los presuntos efectos adversos se deben realmente a la vacuna o si no tienen ninguna relación con ella, así como para controlar su eficacia a largo plazo. Los fabricantes de vacunas seguirán siendo responsables y deberán supervisar los efectos a largo plazo de sus vacunas mucho después de su administración.

    Shield

    Si hay pruebas suficientemente fiables para demostrar que una vacuna contra la COVID-19 cumple las estrictas normas de seguridad y eficacia de la Unión, la UE recomendará su uso, independientemente de la empresa que la fabrique.

    Según la desinformación favorable al Kremlin, la UE está comprometiendo los esfuerzos de otros países. La comercialización de vacunas en el mercado interior exige el cumplimiento de las estrictas normas europeas de seguridad y eficacia establecidas por la Agencia Europea de Medicamentos. En la actualidad, la vacuna rusa contra la COVID-19, Sputnik V, está siendo objeto de una revisión continua por parte de la Agencia Europea de Medicamentos, cuya recomendación determinará si la Comisión Europea autoriza o no la vacuna para su uso en la UE.

    Además, hay una larga historia de campañas de desinformación respaldadas por el Kremlin en Europa y en el resto del mundo, que ha sido bien documentada por EUvsDisinfo. Por ejemplo, se observó que algunas de estas campañas promocionaban la vacuna Sputnik V en América Latina, al tiempo que intentaban desacreditar otras vacunas.

    A fin de cuentas, la UE estaría dispuesta a utilizar una vacuna procedente de cualquier lugar del mundo, con la condición de que cumpla las estrictas normas europeas de seguridad y eficacia establecidas por la Agencia Europea de Medicamentos.

      COVID-19: distingamos entre realidad y ficción

      ¿Algunas de las historias que circulan te parecen poco fiables? Estos son los hechos:

      Syiringe

      La mayoría de los científicos y los responsables políticos están de acuerdo en que los confinamientos salvan vidas, pero también en que no son una opción viable a largo plazo para hacer frente a la pandemia.

      La UE y todos sus Estados miembros pondrán siempre en primer lugar la salud y los medios de subsistencia de las personas. Durante toda la pandemia, la mayoría de los países de Europa se vieron obligados a imponer medidas temporales de confinamiento para hacer frente al creciente número de casos nuevos. Redunda en interés de todos limitar al máximo la duración de los confinamientos que se impongan, pero esto solo es posible si tienen el efecto deseado: reducir significativamente el número de nuevas infecciones. La posibilidad de detener la propagación del coronavirus depende también de que los ciudadanos sigan las prescripciones, como el uso de mascarillas en público y el distanciamiento social.

      Los responsables políticos y los científicos son conscientes de que los confinamientos son costosos y no son una opción viable a largo plazo, ya que afectan de manera desproporcionada a los pobres, a las familias con niños pequeños y a los trabajadores que no pueden trabajar desde casa. Suponen una pesada carga para la economía y son perjudiciales para la salud mental y el bienestar de las personas. En algunas situaciones, es necesario adoptar medidas temporales de confinamiento para dar a los servicios sanitarios tiempo suficiente para controlar la situación y evitar la situación más pesimista.

      Dado que el coronavirus se propaga por contacto con gotículas líquidas y por transmisión a mayor distancia por aerosoles, especialmente en condiciones de mala ventilación, la manera más fiable de romper las cadenas de infección es limitar el contacto entre las personas. Si permitimos que el coronavirus siga propagándose de forma incontrolada, se podrían desbordar los servicios sanitarios, causando así mayores tasas de mortalidad.

        icon medical

        Mucho cuidado con quien en las redes dice haber hallado «curas milagrosas».

        Seguir consejos médicos de fuentes desconocidas o no fiables puede poner en peligro la salud. Recuerda que las vacunas cuyo uso está autorizado por la Comisión Europea aparecerán en la página web dedicada a las vacunas seguras contra la COVID-19. Las vacunas que figuran en esa página fueron autorizadas tras una minuciosa evaluación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos, que actualmente también está evaluando las vacunas elaboradas por otras empresas farmacéuticas. Deberías desconfiar de cualquier persona que afirme que tiene un tratamiento contra el coronavirus que no ha sido aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos o que no le han recomendado las autoridades sanitarias de su país. Si en situación de normalidad no te fiarías... ¡tampoco te fíes ahora!

        Piénsatelo dos veces antes de compartir las informaciones sobre tratamientos que ves en las redes sociales. No dudes en cotejar con fuentes de confianza las informaciones sobre las novedades que van surgiendo. Ejemplo de ello es el debate sobre la hidroxicloroquina (fármaco utilizado para prevenir y tratar la malaria), de la que mucho se ha hablado pese a que los resultados de estudios controlados hasta el momento indican que no es eficaz contra el coronavirus. No te administres por iniciativa propia este medicamento ni ninguna otra «cura milagrosa». Para mantenerte al corriente de todos los posibles tratamientos y medicamentos de la COVID-19, consulta el sitio web de la Agencia Europea de Medicamentos.

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        El coronavirus solo puede transmitirse entre las personas a través de las gotículas que expulsan al estornudar, toser o respirar, no a través de las redes móviles.

        Una leyenda muy extendida en las redes es que lo que ha provocado la pandemia de coronavirus es el despliegue de la 5G. Se trata de una afirmación falsa. Las teorías conspiratorias que equivocadamente relacionan la 5G con la pandemia de coronavirus probablemente mezclen ambas cosas por ser relativamente novedosas e invisibles a simple vista. La 5G no es más que la siguiente generación de redes móviles y, al igual que las actuales redes 4G, no puede interactuar con un virus. La 5G utiliza ondas radioeléctricas para conectar diferentes dispositivos, y no es un vector del coronavirus, que solo puede sobrevivir en gotitas líquidas. Prueba aún más demoledora de que se trata de una superchería es el hecho de que el coronavirus se haya propagado por todo el mundo, cuando la 5G todavía no está implantada en todas partes. En muchos países donde no existen redes 5G se han registrado grandes brotes de coronavirus. Lo cierto es que no hay correlación alguna entre el coronavirus y las redes 5G.

        Proteger a las personas es la máxima prioridad de la UE. De ahí que los límites europeos a la exposición a ondas electromagnéticas se basen en el principio de que «más vale prevenir que curar». De hecho, los límites que la UE establece a la exposición de la población a los campos electromagnéticos, y por ende a la 5G, son 50 veces más bajos de los que —según las pruebas científicas disponibles— podrían tener algún efecto en la salud. Para que se autorice su entrada en funcionamiento, todas las instalaciones de 5G deben cumplir estas normas extremadamente rigurosas. Si utilizar la 5G entrañara algún peligro para la salud y el bienestar de las personas en Europa, la UE no habría recomendado su utilización, y los Estados miembros la habrían prohibido.

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        La UE tiene un plan coordinado de recuperación de Europa, que consiste en apoyar a la ciudadanía y las empresas mientras siguen tratándose los problemas sanitarios.

        La UE centra sus esfuerzos en reanudar la actividad económica y en construir una Europa más justa, más ecológica y más digital. El Plan de Recuperación, con una dotación global de 1,8 billones de euros, contribuirá a que Europa se recupere de la crisis y ayudará a muchos sectores europeos a salir del confinamiento. El plan incluye una serie de programas importantes, como NextGenerationEU, que garantizará una recuperación sostenible, inclusiva y equitativa para todos, incluidos los habitantes de zonas rurales y los colectivos gravemente afectados por la crisis. El instrumento NextGenerationEU, creado con la participación de todos los Estados miembros, intensificará la actividad económica en la Unión. Para recibir los fondos, habrá que cumplir el requisito de introducir reformas económicas, pero no se impondrán medidas de austeridad.

        La UE también tiene el máximo interés por garantizar que los ciudadanos puedan seguir viajando por Europa sin correr el riesgo de contagiarse. Re-Open EU, plataforma web creada inicialmente para ayudar a los europeos a viajar durante la pandemia de coronavirus, se ha convertido en una ventanilla única para obtener información sobre la situación de las medidas sanitarias, las restricciones y las posibilidades de viajar en toda la UE. La UE y los Estados miembros dan prioridad a la seguridad y el bienestar de las personas.

        Syiringe

        No hay ninguna conspiración detrás del esfuerzo mundial por detener la pandemia: los científicos están buscando vacunas para todos.

        Cuando una teoría apunta a un chivo expiatorio al que resulta fácil echar la culpa de todos nuestros problemas, más vale pensárselo dos veces antes de creérsela. Las teorías conspiratorias resultan fascinantes porque, ante preguntas complejas, te ofrecen respuestas extremadamente simplistas y directas. Su formato es predecible y se concentran en un «enemigo» claro y fácilmente identificable. Esas teorías siguen esquemas estereotipados y predecibles que se reproducen exactamente en distintos contextos: lo único que cambia es el protagonista. No te dejes engañar por soluciones demasiado simplistas y falsas a esta compleja crisis sanitaria.

        Una de esas teorías sostiene —sin prueba fidedigna alguna— que Bill Gates creó el coronavirus, y que todo obedece a un maligno designio. Es evidente que no hay tal. La Fundación Bill y Melinda Gates tiene un largo historial de lucha en todo el mundo por erradicar enfermedades peligrosas como la polio. Para acabar con el coronavirus, su fundación ha donado 125 millones de dólares a una iniciativa colectiva, internacional e independiente encaminada a desarrollar y desplegar medios de diagnóstico, terapias y vacunas contra el coronavirus. La fundación también ha apoyado activamente y aportado contribuciones a la maratón lanzada por la Comisión Europea el 4 de mayo para dar una respuesta mundial a la crisis del coronavirus, que ha obtenido compromisos de donantes por importe de 15 900 millones de euros a fin de financiar el desarrollo y despliegue universal de medios de diagnóstico, tratamientos y vacunas contra el coronavirus. Como es lógico, cualquier vacuna contra el coronavirus deberá someterse a rigurosos ensayos clínicos antes de poder autorizarse.

          icon data protection

          La UE tiene normas sobre protección de datos y privacidad que figuran entre las más estrictas del mundo. Eso no va a cambiar por la pandemia de coronavirus.

          Las tecnologías digitales pueden proteger a las personas y salvar vidas. Por ejemplo, el uso voluntario de aplicaciones de alerta y rastreo de contactos puede desempeñar un papel clave en todas las fases de la crisis y, sobre todo cuando empiezan a resurgir casos nuevos, servir de complemento a otras medidas, tales como intensificar las pruebas de diagnóstico. Este tipo de aplicaciones puede contribuir a frenar la propagación del virus al romper las cadenas de transmisión y advertir a los usuarios que hayan tenido cerca a una persona contagiada. Todas las aplicaciones de rastreo de contactos deben ser de uso voluntario, transparentes y seguras, funcionar a través de las fronteras y respetar plenamente la privacidad de las personas.

          Para facilitar el correcto funcionamiento de las aplicaciones de rastreo de contactos, la Comisión aloja un portal de interoperabilidad, una infraestructura digital necesaria para garantizar que los servidores de las aplicaciones nacionales puedan comunicarse entre sí. Esta solución, aplicada a la inmensa mayoría de las aplicaciones de rastreo introducidas en la UE, contribuirá a la seguridad de los que viajan en Europa, ya sea por turismo o trabajo, mientras dure la pandemia.

            disinfo

            Las mascarillas nos ayudan a estar sanos, son totalmente seguras y deben utilizarse y eliminarse correctamente.

            Todos queremos protegernos del coronavirus. Correctamente utilizadas, las mascarillas pueden darnos seguridad y proteger nuestra salud mientras dure la pandemia. Pueden limitar considerablemente la propagación del coronavirus, especialmente en espacios cerrados. Si estás infectado, es posible que no tengas síntomas, en cuyo caso una mascarilla puede proteger a otras personas.

            Las mascarillas son complementarias de otras técnicas preventivas, como el lavado de manos y la distanciación social, y no bastan por sí solas para garantizar una protección total. Deben colocarse y retirarse correctamente. El uso adecuado de la mascarilla no provoca estados tales como la hipoxia (falta de oxígeno) o la hipercapnia (intoxicación por dióxido de carbono). La UE se asegura de que las mascarillas distribuidas a través de los mecanismos de apoyo de la UE sean de calidad suficiente mediante la realización de pruebas antes de su entrega.

            icon magnified virus

            Cualquiera puede contagiarse y desarrollar complicaciones, incluso los que pertenecen a un grupo de bajo riesgo.

            Todas las generaciones de europeos han debido afrontar un gran desafío o amenaza. En nuestro caso, es el coronavirus. Lo que hace del coronavirus una amenaza de tal envergadura es su capacidad de contagio. Cualquier persona puede estar infectada, lo que puede dar lugar a graves complicaciones, incluso entre la población joven y con buena salud.

            La UE ha respondido dando prioridad a la protección de las vidas y los medios de subsistencia, lo que significa trabajar en estrecha colaboración con los Estados miembros para coordinar y compartir la información, además de utilizar todos los instrumentos a su alcance para ralentizar la propagación del virus y encontrar soluciones. No sabemos cómo evolucionará la pandemia en el futuro, pero debemos estar preparados para cualquier eventualidad.

            Si no hacemos caso de las recomendaciones oficiales, ponemos en riesgo tanto a jóvenes como a mayores. Pero además, aún no sabemos qué efectos tiene el virus a largo plazo. Las investigaciones científicas siguen su curso, pero lo cierto es que no sabemos lo suficiente sobre el daño que puede causar el virus. Sabemos que cualquier persona puede contraerlo.

            Todo el mundo debe cumplir su papel en la lucha contra el virus. Para impedir la propagación del coronavirus, lo más eficaz es lavarse bien las manos, no tocarse la cara y respetar el distanciamiento físico en los espacios públicos, además del autoaislamiento en caso de tener síntomas.

            icon data protection

            Las medidas de confinamiento adoptadas en Europa son temporales y no marcan el fin de la democracia ni de los valores europeos.

            Respetar el distanciamiento social y seguir las directrices contra la COVID-19 permiten salvar vidas y atajar la propagación del coronavirus. Estas medidas se basan en los datos científicos más recientes a los que tienen acceso los responsables de la toma de decisiones en cada Estado miembro. Los gobiernos nacionales y la Comisión también son conscientes de las consecuencias psicológicas y económicas que estos confinamientos tienen para la población, y se han comprometido a controlar el virus y a reabrir la UE lo antes posible.

            Los valores fundamentales europeos —como las libertades de circulación y de expresión— son consustanciales al modelo y la forma de vida de la UE y son más importantes que nunca en este período de crisis. Las medidas de confinamiento no suponen el fin de esos valores ni los ponen en peligro, sino que son necesarias para hacer frente al rápido aumento de casos nuevos de COVID-19 observado durante la pandemia. Cada vez que el número de casos nuevos disminuye hasta un nivel aceptable, se levantan las restricciones temporales y los europeos pueden volver a desplazarse normalmente. Los Estados miembros aplican estas medidas únicamente para hacer frente a situaciones extremadamente graves. La UE está resuelta a garantizar el mantenimiento de estos valores en toda la Unión a lo largo de este difícil período y también después.

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            Hay que seguir investigando para confirmar el origen de la pandemia de COVID-19.

            Es más importante que nunca colaborar solidariamente con los países de todo el mundo para combatir el coronavirus. La desinformación y las acusaciones sin fundamento sobre el origen del coronavirus pueden dañar fácilmente unas redes de apoyo internacional indispensables y poner en peligro vidas humanas. La UE apoya los esfuerzos que se realizan en todo el mundo para determinar los orígenes de la pandemia, por ejemplo el estudio mundial de los orígenes del coronavirus dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

            La COVID-19 está causada por una cepa de coronavirus (que es, a su vez, un tipo de virus) denominada Sars-CoV-2, de la cual se informó a la OMS el 31 de diciembre de 2019 en Wuhan, China. Los coronavirus causan enfermedades respiratorias y pueden transmitirse de los animales a las personas. No sabemos con absoluta certeza dónde se originó el virus. Sin embargo, en el estudio mundial de los orígenes del coronavirus de la OMS se señala que es entre posible y probable que la COVID-19 se originara por un salto zoonótico directo (transmisión directa de animales a seres humanos). Por otro lado, según las pruebas disponibles, se considera muy improbable que se produjera un accidente de laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan. No obstante, hay que seguir investigando para confirmar los orígenes de la COVID-19, sin excluir ninguna posibilidad.

            Por supuesto que hay preguntas importantes que es preciso plantear acerca de la manera en que se comunicó y manejó el brote, pero echar la culpa de la enfermedad a otros sin ningún fundamento no va a mejorar la situación actual: Europa y el mundo solo pueden superar la pandemia de coronavirus actuando juntos. La salud mundial es responsabilidad común de todos. El no compartir la información de salud pública, o hacerlo con retraso, puede tener efectos adversos a escala mundial.

            Small icon showing a radio signal inside a speech bubble

            La UE trabaja de manera cooperativa y constructiva con sus vecinos, y siempre denunciará la desinformación y sus fuentes.

            La desinformación afecta a nuestra capacidad de tomar decisiones correctas abrumándonos a base de informaciones contradictorias hasta que no sabemos qué creernos. Las consecuencias pueden ser graves: se llega a poner en peligro la seguridad de las personas, a deteriorar la confianza en los gobiernos y los medios de comunicación y a debilitar nuestra influencia a nivel mundial. En momentos de estrés somos más vulnerables a la desinformación y, cuando más lo somos, hay gente que se aprovecha de la pandemia de coronavirus para atacarnos.

            Según nuestros analistas de EUvsDisinfo, en todo el mundo se están divulgando falsas informaciones para sembrar la confusión y la desconfianza en torno a la respuesta europea al coronavirus. En la UE, en su vecindad y a escala mundial hay agentes extranjeros, por ejemplo en terceros países como Rusia y China, que han lanzado operaciones de influencia y campañas de desinformación específicas en torno al coronavirus para socavar el debate democrático, exacerbar la polarización social y mejorar su propia imagen en el contexto del coronavirus. La mejor respuesta es denunciar estas tentativas, identificar a los responsables y, por nuestra parte, decir la verdad cuanto antes y tantas veces como sea posible. La Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Servicio Europeo de Acción Exterior trabajan para identificar y concienciar sobre la desinformación en torno al virus.

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            A los virus no les importa de dónde eres. No les importa ni tu origen étnico ni tu pasaporte.

            En distintas partes del mundo, hay personas que buscan culpar del coronavirus a diferentes colectivos y hablan del virus europeo, chino, británico o americano. El hecho es que el coronavirus se propaga de una persona a otra a través de las gotas minúsculas que emiten las personas contagiadas al estornudar, toser o respirar, pero no lo propaga ninguna población o colectivo en particular. Si lees que los migrantes o determinados grupos étnicos están propagando deliberadamente el virus, puedes tener la seguridad de que tales afirmaciones no tienen ninguna base científica. En realidad, la enfermedad por coronavirus es una crisis mundial que requiere solidaridad mundial.

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            La UE apoya las inversiones en salud pública de los Estados miembros.

            La UE apoya una fuerte inversión en salud pública, área en la cual las normas presupuestarias de la UE nunca han exigido recortes. En Europa, las personas y su salud son lo primero. En la última década, el gasto público en sanidad ha aumentado en la mayoría de los Estados de la UE. Esta política ha sido siempre característica de la Unión Europea para el resto del mundo. Hace poco, la UE puso en marcha un plan para apoyar a los países durante la crisis, adaptando las normas para que puedan gastar más en servicios de emergencia y centrarse en lo más importante, que es proteger a las personas.

            Esto tampoco es nuevo: desde el desplome financiero de 2008, la UE ha introducido numerosas iniciativas financieras para apoyar a todos los Estados miembros, sobre todo a los más afectados por la crisis, como Grecia, España e Italia. Países como Grecia no han visto perjudicados sus sistemas sanitarios debido a estas reformas. Al contrario, el programa de apoyo a la estabilidad de la UE ha ayudado a reforzar la cobertura universal y un sistema de asistencia sanitaria integral. Además de apoyar a las pequeñas empresas e impulsar la investigación y la innovación y los proyectos relacionados con el clima, el Plan de Inversiones ha contribuido a financiar un gran número de proyectos en el sector sanitario, tales como el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer y la ampliación y modernización de hospitales. Además, la Comisión ha presentado el programa EU4Health para reforzar las medidas de la Unión contra las pandemias. El programa, que podría contar con un presupuesto de 5 100 millones de euros, pondrá fondos a disposición de los países de la UE, las organizaciones del ámbito de la salud y las ONG.

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            La UE se ocupa de lo que le compete para que los gobiernos puedan seguir centrándose en sus prioridades.

            La potestad de aprobar leyes nacionales y tomar decisiones para combatir el coronavirus reside exclusivamente en los Estados miembros o, en algunos países, en las regiones. La Comisión Europea no tiene competencias para interferir en la legislación y las decisiones de cada país en temas como la salud. Pero la UE sí puede elaborar políticas europeas y adoptar iniciativas rápidas y coordinadas en toda Europa para hacer frente a la crisis junto con los Estados miembros. Esto explica, por ejemplo, que la decisión de imponer un confinamiento y cerrar las fronteras del país se tome a nivel nacional, mientras que la movilización de 100 millones de euros de fondos europeos para desarrollar una vacuna, nuevos tratamientos y pruebas de diagnóstico se haga a nivel de la UE en el marco del programa de investigación e innovación de la UE, Horizonte 2020. Esto se suma al compromiso actual de la Comisión de 15 900 millones de euros para la iniciativa de respuesta mundial a la crisis del coronavirus, puesta en marcha por la presidenta Von der Leyen el 4 de mayo.

            No te dejes engañar por los bots

            Comunicación de desinformación e información errónea a las plataformas

            La información falsa y engañosa que circula online sobre las vacunas contra la COVID-19 supone una amenaza para nuestra capacidad de recuperarnos de la pandemia. La desinformación y la información errónea sobre las vacunas reducen la confianza de las personas en la ciencia médica y los profesionales de la salud. Por lo tanto, es fundamental que todas las personas aporten su grano de arena y se informen bien.

            Puedes ayudar a frenar la propagación de la desinformación informando acerca de los contenidos online que consideres falsos o engañosos. Para ayudarte a hacerlo, la OMS creó una página web en la que muestra cómo denunciar contenidos falsos o engañosos en las plataformas de redes sociales.

            Comunicar desinformación e información errónea

            Identificar las teorías conspiratorias

            La pandemia de coronavirus ha ido acompañada de una serie de oleadas de peligrosas teorías conspiratorias, propagadas sobre todo a través de internet. En ellas se plantean perniciosas y retorcidas explicaciones sobre el posible origen del virus y los culpables de su propagación. Dentro de su planteamiento global para combatir el impacto negativo de las teorías conspirativas, la Comisión Europea y la UNESCO publican una serie de accesibles infografías educativas para que los ciudadanos puedan desenmascarar —y combatir— las teorías conspirativas.

            Más información

            Cuidado con las estafas en internet

            Ten cuidado con las estafas en internet relacionadas con productos que afirman que pueden curar o evitar que contraigas la COVID-19. Hay comerciantes deshonestos que anuncian o tratan de vender productos —como mascarillas de protección o desinfectantes para manos que supuestamente evitarían la enfermedad o la curarían— que pueden ser falsos y con los que quizá te quieran estafar. Encontrarás consejos para detectar y evitar posibles fraudes aquí.

            El 2 de marzo de 2021, la Comisión publicó su informe anual sobre Safety Gate, el sistema de alerta rápida de la UE para detectar productos de consumo peligrosos que ayuda a retirar del mercado productos no alimentarios que presentan un riesgo.

            Documentos sobre Safety Gate

            Recursos e instrumentos <i>online</i>

            Descubre una selección de recursos e instrumentos online disponibles para alumnos, profesores y educadores durante el brote de COVID-19.

            Lee nuestra entrada en Medium sobre las 5 cosas útiles que conviene saber sobre el coronavirus