La nueva normalidad

El Reino Unido abandonó la Unión Europea el 31 de enero de 2020, tras cuarenta y siete años como Estado miembro.

El Reino Unido ha perdido todos los derechos y beneficios que tuvo como Estado miembro de la UE y ya no forma parte del mercado único ni de la unión aduanera de la UE. Ya no está cubierto por los acuerdos internacionales de la UE.

Cuatro tratados regulan las relaciones entre la UE y el Reino Unido:

• el Acuerdo de Retirada entre la UE y el Reino Unido, en vigor desde el 1 de febrero de 2020, garantizó que la retirada del Reino Unido de la UE se produjera de manera ordenada y protege los derechos de los ciudadanos de la UE y de los nacionales del Reino Unido, los intereses financieros de la UE y la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda;

• el Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la UE y el Reino Unido, que empezó a aplicarse provisionalmente el 1 de enero de 2021, abarca una serie de ámbitos de interés mutuo para la UE y el Reino Unido y consiste en un acuerdo de libre comercio, una cooperación ambiciosa en cuestiones económicas, sociales, medioambientales y pesqueras, y una estrecha asociación para la seguridad de nuestros ciudadanos, cubierta por un sólido capítulo de gobernanza, de carácter vinculante, mecanismos eficaces de solución de diferencias y medidas de salvaguardia en caso de que no se cumplan las obligaciones;

• el Acuerdo de Seguridad de la Información entre la UE y el Reino Unido, vinculado a la estructura institucional del Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la UE y el Reino Unido y aplicable provisionalmente desde el 1 de enero de 2021, permitirá a la UE y al Reino Unido intercambiar información clasificada, aplicando sólidas garantías en cuanto al tratamiento y la protección de la información intercambiada;

• y el Acuerdo de cooperación entre la UE y el Reino Unido en el ámbito de los usos seguros y pacíficos de la energía nuclear, aplicable también provisionalmente desde el 1 de enero de 2021, prevé una amplia cooperación en materia de seguridad nuclear y los usos pacíficos de la energía nuclear, respaldada por garantías de que ambas partes cumplirán las obligaciones internacionales de no proliferación y no rebajarán su nivel actual de normas de seguridad nuclear.

Con ocasión de la firma, las Partes hicieron una serie de declaraciones.

Incluso con estos tratados en vigor, las consecuencias para los ciudadanos, las empresas, las administraciones públicas y las partes interesadas, tanto en la UE como en el Reino Unido, son amplias y de gran alcance. Para mitigar las perturbaciones, la Comisión publicó orientaciones exhaustivas para ayudar a todas las partes interesadas a prepararse. La Comisión también tomó las medidas necesarias para adaptar el marco jurídico de la UE a la nueva situación.