Los efectos del cambio demográfico en Europa

El poder de la demografía

La demografía cuenta la historia de nuestras vidas: cuántos años es probable que vivamos, cuántos hijos podemos esperar tener, y dónde y cómo es probable que pasemos nuestras vidas. El cambio demográfico repercute significativamente en nuestras economías, en nuestros sistemas sanitarios y de bienestar, así como en las necesidades de vivienda e infraestructuras de las regiones de Europa. Esto, a su vez, tiene implicaciones en los presupuestos y las políticas gubernamentales. La UE integra las cuestiones demográficas en el desarrollo de las políticas pertinentes y se han adoptado una serie de iniciativas específicas a nivel de la UE que ayudan a los Estados miembros a hacer frente al cambio demográfico.

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Comprender las causas y los efectos de las transiciones demográficas nos permite gestionar mejor sus consecuencias y aprovechar las oportunidades que nos brindan, lo que nos ayuda, en última instancia, a construir una UE próspera para las generaciones futuras.

El cambio demográfico en la UE repercute en

• el mercado laboral: dado que la población europea en edad de trabajar está disminuyendo, para mantener el crecimiento económico tenemos que incluir a más personas en el mercado laboral o aumentar la productividad a través de los avances tecnológicos y el desarrollo de capacidades.
• el empleo: las personas viven más tiempo y con mejor salud, y muchos ciudadanos quieren trabajar durante más tiempo, aunque no necesariamente en el mismo tipo de empleo.
• los servicios de asistencia: la creciente proporción de personas mayores en la UE conlleva una mayor necesidad de servicios asistenciales y supone un reto para la sostenibilidad financiera a largo plazo de nuestros estados del bienestar.
• el equilibrio demográfico: las tendencias demográficas no afectan de la misma manera a todos los países y regiones. Si bien se prevé que la población de varios Estados miembros de la UE empiece a disminuir en los próximos años, las previsiones apuntan a que otros experimentarán un crecimiento de la población durante el mismo período.
• las zonas rurales: en general, la disminución de la población debido a los cambios naturales y a la emigración afecta más a las regiones rurales que a las predominantemente urbanas.
• la posición de Europa en el mundo: se prevé que la población de la UE represente un porcentaje cada vez menor de la población mundial en las próximas décadas, por lo que cada vez es más necesaria una estrecha cooperación a todos los niveles para garantizar la competitividad de nuestro mercado único.

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Los europeos viven ahora más y con mejor salud que nunca. En las próximas décadas aumentará la proporción y el número de personas mayores en la UE. Esta tendencia repercute significativamente en la vida cotidiana de las personas y en nuestras sociedades, y conlleva tanto oportunidades como desafíos.

Dada la escala, la velocidad y el impacto que tendrá esta tendencia en toda la sociedad, es importante considerar nuevos enfoques y procurar que las políticas sean adecuadas para su finalidad en una época de cambios importantes, desde las transiciones ecológica y digital a nuevas formas de trabajo, y que tengan en cuenta los grandes retos sanitarios, como las pandemias.

Las competencias para hacer frente a los efectos del envejecimiento corresponden principalmente a los Estados miembros, pero la UE está en una buena posición para detectar las cuestiones y tendencias clave, así como para respaldar las medidas que se adopten a propósito del envejecimiento a nivel nacional, regional y local. De esta manera, puede ayudar a los Estados miembros y a las regiones a desarrollar sus propias respuestas políticas específicas al envejecimiento.

Libro Verde sobre el Envejecimiento

En enero de 2021, la Comisión Europea publicó el Libro Verde sobre el Envejecimiento, con el que se inició un amplio debate político en torno al envejecimiento y las opciones acerca de cómo anticipar y responder a los retos y oportunidades que este trae consigo, además de cómo contribuir a mantener una buena calidad de vida de la población de edad avanzada durante el mayor tiempo posible. Las contribuciones a la consulta pública sobre el Libro Verde ayudaron a determinar las medidas necesarias para fomentar la resiliencia económica y social en una Europa que envejece.

Europa está viviendo una importante transformación demográfica. El cambio demográfico tiene un profundo efecto en la vida cotidiana y requiere soluciones integrales e integradas.

Dado que nuestros ciudadanos viven más tiempo y con mayor salud, todas nuestras políticas deben estar orientadas al futuro y contribuir a la transición de una sociedad envejecida a una sociedad longeva.

En las Conclusiones del Consejo Europeo de junio de 2023 se pedía a la Comisión que presentara un conjunto de instrumentos para ayudar a los Estados miembros a hacer frente a los desafíos demográficos y al efecto de estos en la ventaja competitiva de Europa.

El conjunto de instrumentos en materia de demografía que presentó la Comisión en respuesta a esta petición se basa en situaciones que se dan en toda la UE y establece un enfoque global del cambio demográfico estructurado en torno a cuatro pilares:          

1. apoyar a los progenitores mediante una mejor conciliación de las aspiraciones familiares y el trabajo remunerado, en particular, asegurando el acceso a servicios de guardería de calidad y un buen equilibrio entre la vida profesional y la privada;
2. apoyar y empoderar a las generaciones más jóvenes para que prosperen, desarrollen sus capacidades y tengan un acceso más fácil al mercado laboral y a una vivienda asequible;
3. empoderar a las generaciones de edad avanzada y mantener su bienestar, mediante reformas combinadas con políticas adecuadas en los ámbitos del mercado laboral y los lugares de trabajo;
4. cuando sea necesario, hacer frente a la escasez de mano de obra mediante una inmigración legal y gestionada, que debe complementarse plenamente con el aprovechamiento de los talentos de la UE.

El conjunto de instrumentos reconoce la necesidad de tener en cuenta la dimensión territorial de los cambios demográficos, en particular en las regiones que sufren el fenómeno de la despoblación y la marcha de un gran número de jóvenes trabajadores («fuga de cerebros»).

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