
La ciberdelincuencia va en aumento porque los delincuentes aprovechan cada vez más los avances tecnológicos para sus propios fines. La UE ayuda a los Estados miembros a dotar a sus cuerpos y fuerzas de seguridad de las herramientas adecuadas para detectar a los delincuentes y llevarlos ante la justicia.
El panorama de la seguridad está en evolución constante y se caracteriza por las amenazas cambiantes. La globalización, la libre circulación y la transformación digital siguen aportando prosperidad, facilitando nuestras vidas e impulsando la innovación y el crecimiento. Pero estos beneficios llevan aparejados riesgos y costes inherentes, por ejemplo:
- un aumento de los programas maliciosos y del robo de datos
- la infiltración de medicamentos falsos y adulterados en la cadena de suministro legal de productos farmacéuticos
- el crecimiento exponencial del material pornográfico infantil en línea.
El auge del internet de las cosas y el uso cada vez mayor de la inteligencia artificial, además de aportar nuevos beneficios, conllevarán nuevos riesgos.
Es necesario adoptar medidas concretas para hacer frente a las amenazas para los ciudadanos, como el terrorismo, el extremismo o los abusos sexuales de menores, en un marco que garantice el respeto de nuestros derechos fundamentales. Una prioridad clave a este respecto consiste en prevenir y combatir la difusión de contenidos ilícitos en línea.
La lucha contra las amenazas híbridas es uno de los retos más complejos a los que se enfrentan la UE y sus Estados miembros. La UE ha establecido una amplia gama de medidas para mejorar el conocimiento de la situación, impulsar la resiliencia en todos los sectores críticos, proporcionar una respuesta y una recuperación adecuadas en situaciones de crisis y cooperar con países y organizaciones afines. Los informes periódicos de situación hacen balance de los progresos realizados en la lucha contra las amenazas híbridas.