Todo desequilibrio macroeconómico en un país de la UE (un alto déficit por cuenta corriente o una burbuja inmobiliaria, por ejemplo) puede tener consecuencias negativas para los demás. Así se puso de manifiesto durante la crisis financiera mundial. Es el motivo por el cual se introdujo en 2011 el procedimiento de desequilibrio macroeconómico (PDM). El PDM permite seguir más de cerca aquellos países en los que, a través del procedimiento de desequilibrio excesivo (PDE), se observan este tipo de dificultades.